Los talibanes salieron a las calles de la capital, Kabul, para celebrar el primer aniversario de su regreso al poder en Afganistán. Coreaban consignas de victoria y se tomaban selfies junto a la embajada de Estados Unidos.
Los fundamentalistas cumplen un año al frente de Afganistán entre acusaciones de crímenes contra los derechos humanos como la tortura, asesinatos por represalias y desalojos forzosos contra los opositores. Va un año sin reconocimiento internacional por la ola de restricciones impuestas especialmente a las mujeres: burka obligatoria y vestimentas que cubran el rostro, o las trabas contra el trabajo de la mujer, el cierre de las escuelas para las jóvenes de entre 12 y 18 años, a pesar de las promesas de reapertura. Aún asi, piden a los que huyeron que vuelvan a su país. “los brazos del Emirato Islámico están abiertos para ellos, los necesitamos.”
La ONU advierte que: la continua sequía, las malas cosechas, y la inflación amenazan con aumentar la crisis de pobreza y hambre.